
Como cultivar la Amistad que Transforma
He tenido la bendición de contar con maravillosas amigas a lo largo de mi vida, y he
sembrado lazos de amistad basados en el amor, la lealtad y la transparencia. Recuerdo
un día en particular, mientras viajaba de Chicago a Indiana, aprendí un refrán que dicen
aquí en los Estados Unidos: “Si consigues un amigo, conseguiste un tesoro”. Este
refrán resonó profundamente en mi corazón. Comprendí que cuando tenemos amigas,
debemos respetarnos mutuamente y honrar nuestras identidades únicas.
Cuál es la Importancia de la Amistad
La Biblia nos enseña que la amistad es un regalo precioso que debemos cuidar y
cultivar. Es una relación que debe basarse en la fe y la confianza en Dios. A lo largo de
las Escrituras, encontramos versículos que nos inspiran a valorar y nutrir nuestras
amistades, sin competencias, añadiendo valor a la vida de nuestras amigas.
Proverbios 17:17 (NVI): “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en
tiempo de angustia.”
Proverbios 18:24 (NVI): “Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles
que un hermano.”
Estas palabras nos recuerdan la importancia de elegir sabiamente a nuestros amigos y
de ser ese tipo de amigo fiel y amoroso que otros necesitan. La verdadera amistad es
una fuente de apoyo y consuelo en tiempos difíciles.
Confianza en Dios
La confianza en Dios es fundamental para nuestras relaciones. Cuando confiamos en
Él, podemos confiar en los demás sin temor. Aquí hay algunos versículos que nos
recuerdan la importancia de confiar en el Señor:
Proverbios 3:5-6 (NVI): “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia
inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.”
Jeremías 17:7-8 (NVI): “Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza
en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la
corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes.”
Confiar en Dios nos da la seguridad y la fortaleza para enfrentar cualquier desafío.
Nuestra confianza en Él se refleja en nuestras relaciones, permitiéndonos construir
lazos sólidos y duraderos que no sienta tu y la otra persona que la esta usando ni
tampoco compitiendo esto nos aleja del plan de Dios tiene para todas nosotras y El
Señor lo que le prometió a tu amiga o a ti se cumplirá así tu no estes de acuerdo, así
que no tengamos celos sino sea la escalera que levanta a nuestra amiga.
Oración y Compañerismo
La oración es esencial en nuestras relaciones. Ora por tus amigas y busca la guía de
Dios en cada una de ellas. Aquí hay un versículo que nos anima a orar:
La oración fortalece nuestros vínculos y nos permite estar más cerca de Dios y de
nuestros amigos. Es un acto de amor y cuidado que nutre nuestras relaciones.
La Amistad que Transforma
Lucas y Teófilo: Una Amistad Profunda
En el Evangelio de Lucas, encontramos una relación especial entre dos amigos: Lucas,
el autor, y Teófilo, el destinatario. Lucas escribió su evangelio como una carta personal
a Teófilo, con el propósito de proporcionarle una narración ordenada y veraz sobre la
vida de Jesús.
Lucas 1:3-4 (NVI): “Por lo tanto, yo también, excelentísimo Teófilo, habiendo
investigado todo esto con esmero desde su origen, he decidido escribírtelo
ordenadamente, para que llegues a tener plena seguridad de lo que te enseñaron.”
Lucas quería que Teófilo tuviera confianza en la verdad del evangelio. Su amistad
trascendió las palabras escritas; era un compromiso de compartir la fe y la esperanza.
Amigas que Nos Recuerdan la Verdad
Así como Lucas fue un amigo fiel para Teófilo, también podemos ser ese tipo de
amigas para los demás. En momentos de duda o dolor, necesitamos recordar la
autenticidad de Jesús y su amor redentor. La Biblia es nuestro recordatorio constante
de la verdad.
La Certidumbre en Jesús
A veces, nuestras circunstancias nos hacen cuestionar lo que creíamos al principio.
Pero, como Lucas le dijo a Teófilo, debemos tener “plena seguridad de lo que nos
enseñaron” (Lucas 1:4). Jesús es real, y su obra transformadora sigue siendo poderosa
Un Encuentro en el Camino
Era una tarde lluviosa cuando conocí a María. Estaba sentada en un banco del parque,
con la mirada perdida y lágrimas en los ojos. Me acerqué a ella y, después de un breve
saludo, comenzamos a hablar. María me contó que estaba pasando por un momento
muy difícil: había perdido su trabajo y su hogar en el mismo mes. Mientras me
escuchaba, sentí una fuerte necesidad de orar con ella y ayudarla con mis recursos. Le
tomé la mano y, juntas, pedimos a Dios por fortaleza y guía.
Esa oración marcó el comienzo de una amistad que ha transformado nuestras vidas.
Desde entonces, María y yo hemos compartido muchas risas, lágrimas y momentos de
oración. Nos hemos apoyado mutuamente, recordando siempre confiar en Dios y en Su
plan perfecto. Hoy, María tiene un nuevo empleo y un hogar, y nuestra amistad es un
testimonio vivo del poder de la fe y el compañerismo.
A lo largo de mi vida, he aprendido que la amistad es un tesoro invaluable. Recuerda
siempre valorar, cuidar y nutrir las amistades que tienes. Tenemos que reflexionar
sobre nuestras propias acciones y actitudes. ¿Cómo pude ser mejor amiga? ¿Cómo
puede confiar más en Dios en tus relaciones? Recuerda que Dios siempre está
dispuesto a ayudarte y que no estás sola en tus luchas. Anímate a confiar en Él y a
depositar tus cargas a sus pies.
Seamos amigas que apoyan, animan y comparten la esperanza. En la amistad,
encontramos un tesoro que trasciende el tiempo y nos acerca más a Dios.
¡Que la amistad y la fe sigan siendo lazos fuertes en tu vida!
Saiddys Bermudez